Pasa
de rayos ultrafalaces. Le gusta ir a Mercurio a tomar el Sol, para
ponerse moreno antes que nadie. Un moreno mercuriano, inconfundible. 75.000.000 de años luz recorridos sólo para disfrutar de la relativa certeza de ser observado y admirado por el resto, aferrándose a la millonésima posibilidad de un retorno a la Tierra. Ser la sensación de un verano solitario, en Mercurio.¡Un ego interplanetario!
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