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miércoles, 13 de febrero de 2013

nº27: CÓMO CLAVARSE UNA CUCHARA

La cuchara es un objeto que no está diseñado para producir cortes. La gruesa arista de su cabeza, cuidadosamente troquelada y pulida, no está pensada para seccionar cosas. Entre los usos más corrientes de una cuchara está el de acopiar transitoriamente pequeñas cantidades de líquido como sopa o crema de espárragos, o el de sostener huevos en 'carreras de sostener huevos con la cuchara'. Entre las funciones para las que una cuchara no está preparada está, en efecto, la de rajar o clavarse en superficies. En el caso de querer usar una cuchara para tal efecto -pongamos, por ejemplo, en el abdomen- se sugiere seguir los siguientes pasos:

1. Contraer los músculos abdominales a fin de favorecer el desgarre. Una tirantez óptima ayuda a aumentar la presión de la superficie al entrar en contacto con el objeto sólido haciendo que el rasgado se produzca más fácilmente. El estado laxo del abdomen suele conllevar problemas de ejecución, impidiendo a menudo el buscado desagarramiento.

2. Ser contundente en la ejecución. Para clavarse una cuchara conviene hacerlo con determinación y firmeza -incluso se recomienda hacerlo con una pizca de enajenación-, de no ser así la cuchara tenderá a hundirse progresivamente en la pared cárnica, poco a poco, prolongando innecesariamente la sensación de agonía e intenso dolor. No hay lugar para las medias tintas cuando se trata de clavarse una cuchara.

3. Aunque es preferible clavarse la cuchara por el lado de la cabeza, una alternativa muy aconsejable es hacerlo por el lado del mango, de cuña más estrecha y propicia para clavarse en cosas.
Como ven, son muchas las posibilidades que posee la cuchara como instrumento mortal. ¡No duden en probar su eficacia! ¡Una vez se hayan clavado una cuchara no querrán clavarse otra cosa!
 

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