El anciano lleva unos botines de jugador de NBA y va por los pasillos del geriátrico
haciendo sonar sus bambas, emitiendo ese sonido ácido de las zapatillas
friccionando contra el gres moteado. ¡Ñiiik! ¡Ñiiiik!Nadie le tose.Es la sensación del momento. La comidilla en las partidas de dominó y en los circulos de ancianos que se reúnen para ver 'Saber y ganar' después de comer. Los demás viejos, que van con rancias zapatillas de estar por casa, le envidian. Las ancianas recuperan el líbido y el triple bypass se les queda corto. Es el puto Tony Parker del centro. Cuando se muera colgarán su bata en el vestíbulo del edificio.
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