Después
de un buen rato buscando un espacio en el que estacionar –hay que ver lo que
cuesta aparcar a veces a esas horas–, el hombre ha encontrado el lugar
perfecto: zona gratis y al lado de la tienda de deportes dónde tiene que
cambiar las zapatillas que su novia le regaló por su cumpleaños y que le van
una talla pequeñas. Entra y hace todo. Sale de la tienda con las zapatillas
dentro de una bolsa. Saca las llaves del bolsillo mientras se dirige hacia el
coche. Se planta enfrente de la puerta del coche. Introduce las llaves y se
dispone a girar el dispositivo de apertura cuando un coche se detiene justo
enfrente de él. El conductor le hace señas. Puede leerle los labios –que los
abra tanto, favorece la lectura–: “¿Te vas?”. El hombre se queda mirándolo, sin
reaccionar, mientras se pregunta “¿Me voy?”. La verdad es que el lugar en el
que ha aparcado es ideal: no es de ningún color, es una calle céntrica y,
encima, está a dos manzanas de dónde vive su novia. Además, que ahora le vengan
los demás conductores a pedirle el sitio –incluso le parece que medio suplican–
hace que el sitio sea aún más especial. No cree que deba dejarlo ir ahora...
¡Con lo que le ha costado encontrarlo! “No, no. No me voy”, termina por
decirle. Pasan 12 días. No se ha movido. Ha declinado todas las ofertas que ha
recibido –incluso un conductor le propuso dinero a cambio de sacar el coche–. "Hijde putablrabl!!!!", le dijo. No duerme.
Mira raro a todo aquel que se acerque. La moqueta está llena de manchurrones de
kétchup del McDonalds. A veces se sube al techo y baila flexionando las
rodillas arriba y abajo mientras tararea una melodía irregular (un ‘lala lal
laalalalla’) y se ríe de todo el que pasa por su lado y grita "¡U-HÁ! ¡U-HÁ!". En la ciudad ya le conocen
como ‘el loco del parking’. Las redes sociales lo han lanzado a la fama y en tan
sólo 12 días se ha subido a lo más alto de la lista de locos célebres de la ciudad, por
encima incluso de ‘Poropopó’ y ‘la-20-duros’. Pero él no está loco. Los locos son los otros perdiendo el tiempo buscando parking. ¡¡JAJA!! ¡¡No se va a mover nunca!!! Va a llamar a Securitas Direct para instalarse un sistema de
videovigilancia. Va a levantar un alambrado alrededor del coche. También se comprará un perro: se llamará Rocco, y le dará
palizas para que muerda.
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